Eterna guerra constante entre uno y el "yo interior" gritándonos, agobiándonos, molestándonos para que hagamos cosas... que seguramente, no es lo mejor, pero es lo que te grita desde adentro. Y uno, siempre cediendo, le hace caso a ese yo interior, y cae, de nuevo, en la misma danza de siempre, y pierde la cabeza, como quien pierde la bocha por hacer una demás, por querer tener siempre todo, por lo ambicioso que es el ser humano, y por ir tras un todo abarcativo, se olvida que las pequeñas cosas, hacen al todo.
Es una problemática, típica, clásica de todas las personas y con esto, entiendo que no es para nada fácil para mi ser yo, y como no es fácil para mi... tampoco lo es para nadie. Y es complicado luchar contra tu voz interior, pero muchas veces hay que frenar, tranquilizar y meditar, si es lo mejor para uno. Porque luego de seguir ese impulso, de darle importancia a esa voz, viene lo demás, viene el problema y la tormenta. Y, uno por ir en busca de un todo, se queda sin NADA. Por eso, amigos, muchas veces es bueno escucharnos y darle bola al yo interior, pero otras... hay que intentar callarlo, o simplemente ignorarlo para que de a poco, no nos hable mas.
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