martes, 4 de febrero de 2014

¿Fantasía o realidad?

Hace un tiempo, ni largo ni corto, me empece a preguntar que forma parte de la fantasía, que todos alguna vez nos hemos hecho sobre alguien, algo, un momento, un lugar y que forma parte de la realidad. Hoy dia esta todo tergiversado, distorsionado y es muy complicado lograr diferenciar este par.
Últimamente, las noches se pasan lentas, agridulces, con un día espléndido, pero cuando cae la noche y aparece la luna, todo parece pasar de una comedia romántica a un libro de Edgar Allan Poe (exagerándo un poco). Es como la maldición del hombre lobo, que al ver la luna llena, se convierte en una bestia despiadada que no entiende de razones; algo así, sucede cuando corazones forman licuados de sentimientos antónimos.
No sabes para donde salir, de donde agarrarte, que es lo que predomina y cual es la parte dominada, sometida. Es todo muy ambiguo.

Las noches así se prestan para pensar, suelo disfrutar mucho de una imaginación muy amplia, pero a la hora de situaciones así, me juega una mala pasada, y suelo pensar demasiado, y pensar tanto no es bueno.
Son de esas noches, que querés que se terminen, porque no podes dormir, te condenas solo al insomnio, los dibujos animados que ya no te animan, suenan de fondo; la guitarra muda no es mas que un apoyabrazos con cuerdas y molesta todo, absolutamente todo. Y ahí es cuando, el corazón esta partido en dos, abierto y sobre la mesa, y la cabeza se cierra, casi automáticamente, no aceptando nada de lo que hay, de lo que es y lo que se ve.
Las noches así, son especiales para escribir, dibujar, componer pero no se las deseo a nadie. Es como una película antigua, de esas lentas y tediosas, como un sermón, como un día malo de pesca, como una cosecha que se hecho a perder.
Y a su vez, así paso los días ... en una rutina lenta, tediosa; con alguna que otra salpicadura de felicidad, ¿pero sera solo una fantasía? Un momento de énfasis, que luego, cuando en la balanza donde se pesan las decisiones;  los buenos serán simples plumas y los malos ratos adoquines macizos de mármol blanco.

¿Quién supiera ver el futuro? ¿Quién pudiera ser justo quien quiera que desees? ¿Quién pudiera decirme a mi, si la vida es un conjunto de momentos, o si simplemente a los momentos hay que ponerle vida? ¿Quién podría decirme donde depositar a las mariposas en la panza, a las tazas de café compartidas y a los eternos días de espera, que solo los espero, para luego obtener la recompensa de una nueva bienvenida? ¿Quién pudiera delimitar la fina linea, entre la fantasía y la realidad?