domingo, 29 de julio de 2012

Porque hay un corazón que se parte, cuando te vas a ninguna parte.

A veces, no somos conscientes de lo que podemos generar en los demás. A veces, solamente cerramos el foco de importancia a nuestras prioridades. De vez en cuando, nos creamos unos seres tan egoístas, que dejamos de ser los que fuimos... pero lo de lo que estoy seguro, es que cuando necesitamos una mano, un abrazo o simplemente, compania, salimos corriendo en busca de alguien que sepa reunir lo que a cada uno le parece "bueno". Por eso, mas allá que yo también, sea un egoísta, como todos en ciertos momentos de la vida... tengo en claro que debo hacer y a quien no descuidar para después, cuando no me quede nadie, tener con quien tirar una pared, porque los seres humanos, solos, no somos nada. Porque todos necesitamos de alguien en algún momento. Y ese es mi momento, una historia, que se cierra... según dicen, no está mal que se cierren las historias... porque de todas algo se aprende y siempre suman. ¿Pero que pasa, si yo no quiero que termine? ¿Si me quede con ganas de algo mas? ¿Tengo que resignarme? ¿O luchar? La respuesta, es un no se, rotundo y doloroso, que pisa fuerte pero creo, que mientras mi corazón siga bombeando y dándome fuerzas, voy a luchar por lo que quiera, porque después, si es que no se consigue lo deseado, tengo la firme certeza de que la peleé , de que deje todo para que se diera y así no fue... pero no, no sirve si frenas por miedo, no sirve si no jugas porque no sabes lo que pasará y tenes miedo de sufrir... si en realidad, los días y la vida es una sucesión constante de toma de decisiones, algunas acertadas, otras erradas.... pero decisiones, caminos que debemos tomar... y asi va transcurriendo todo, rápido y sin esperar a nadie... por eso, no quiero decir un hasta nunca, porque mi motor, me dice que todavía queda una chispa en medio del fogón que alguna vez prendimos. ¡Hasta la próxima vez, mi viejo karma!