miércoles, 21 de mayo de 2014

Los días grises son así

Hay climas y climas. Dependiendo nuestro estado de ánimo, nuestro presente y nuestra mirada de las cosas, siendo el mismo clima, lo vemos distinto. Los últimos días, mi ciudad se pinto de colores sepia y gris. Agua, por todos lados, todo húmedo, todo tiene esa cierta nostalgia. Esos otoños con olorsito a añorar el verano que terminó. ¡Y QUÉ VERANO SE TERMINÓ! No solo se terminaron los días de sol, calor y vacaciones ... se terminaron otros días también, lamentablemente. Y como todo es relativo, hay días que me la paso positivo, pensando que todo tiene un porque y que si tiene que ser, será ... esos días intento dejarle mi destino al azar, a la suerte... esa misma suerte que hoy me dejó pagando, una vez mas. Quizás no sea suerte, capaz todo tiene un porque y la vida es un boomerang que funciona a causa-efecto. O tal vez, todo sea por culpa mía, por mi mal obrar, mi mal pensar y decir, mi mal actuar. En cuestiones del amor, nunca fui buen actor. Me paso de sentimientos, cuando tengo que frenar. No siento, cuando tengo que sentir. Aprieto los dientes, cuando solo hay que saborear. Y cuando tengo que afilarlos, los escondo en una boca cerrada y sin palabras. Porque suelo ser así. Ir contra la corriente es mi estilo. Pero OJO! No la paso tan mal. Solo que en éstos días nostálgicos, se ve todo así. Se ve todo un pasado en camara lenta y "perfecto"; compitiendo contra un presente monótono y frío. Triste y lento. Aún así, hay pasiones que mueven. A veces pienso que vivir sin pasión, no sería vivir. Sin proyectos, ni sueños... y es verdad, muchos sueños quedan en el camino, demasiados para mi gusto. Pero hay otros que quedan por cumplir, y a su vez, aparecerán otros nuevos, por los cuales luchar y así pasar los días y la vida también... luchando por nuestros objetivos. Muchas veces, no lo logramos. Nos quedamos en el medio de la nada, esperando que caiga un Hada Madrina y nos de el toque que necesitamos para conseguirlo; estoy acá, esperando. No creo en Hadas Madrinas, pero espero que una vez mas, mis prejuicios queden en mi boca y me hagan quedar en ridículo, como tantas otras veces.
Estoy empeñado en putear al tiempo, ese tiempo que corre tan apurado, no se a donde va, a donde nos quiere llevar ... pero me está jugando una mala pasada, no se si esperar, si salir a buscar, si quedarme en el molde o empezar de nuevo. Quizás sea solo cuestión del PUTO tiempo. Ese que se empeña en romper los momentos inmaculados, donde nos sentimos plenos. O quizás, somos nosotros los que nos empeñamos en encontrarle defectos a esos tiempos, cuando solo deberíamos haberlos disfrutado. Hoy el destino, el tiempo, la vida o simplemente, las circunstancias, me ponen a pensar en éstas cosas... pavadas para muchos, no tanto para mí. Solo son mis simples reflexiones, en una noche con chapas sonando de fondo al compás de frías gotas, las cuáles hace un año atrás, no eran tan frías, ni las gotas, ni mis noches, ni este otoño nostálgico... mas bien, era todo lo contrario.
Es increíble el poder de un amor. De un amor de verdad. Ponerte a pensar. Desvelarte. Hacerte llorar y reír a la vez. Aflojarte. Desacomodarte y después, de buenas a primeras, te deja ahí parado en el medio de la ruta. Sin pasaje de vuelta ni plata para comprar ni un alfajor. Te sentás en la banquina mientras esperás que ese colectivo, vuelva a buscarte y el chofer te salude con una sonrisa. Y ella, te esta esperando en el mismo asiento de donde te echó
... feliz por verte otra vez.