lunes, 13 de julio de 2015

Las ideas

Hace aproximadamente, el doble del tiempo que me propuse descansar después de un largo día, como todos los de la semana y hace aproximadamente, esa misma cantidad de tiempo que se vinieron, así como en una tormenta inesperada de verano, las ideas.
Cambié de posición, tanto yo, como la almohada, las sabanas, prendí y apague el calefactor, respire profundo y conté desde el 100 hacia atrás... pero ellas siguen merodeando por mi cabeza, como un centinela exaltado por el misterio de una noche de Lunes, quizás Martes.

Mas alla de esa "molestia" que generan, porque como todos sabemos, ellas llegan cuando menos lo esperás. Cuando las buscás, no aparecen... cuando las querés hacer esperar, te sacuden el mate como en un knock out. Y sí, son así, son femeninas; histéricas, inexplicables, a veces (o casi siempre) no las entendemos pero...¡Qué lujo que te visiten y te llenen de ilusión!

Después de escribirlas, pensarlas, dibujarlas, volver a repensarlas y otra vez volver a empezar; insistieron y demostraron que se merecen ser reflexionadas.
En el momento preciso cuando termina el día, las luces se apagan, afuera no hay ni un grillo cantando (porque claro, él también quiere descansar), en el momento que apoyas la nuca en la almohada tibia, parece como si presionaras sin querer una perilla, que está escondida ahí atrás y hace sonar el timbre del recreo, entonces es ahí cuando ellas vienen corriendo, como si recién se hubieran despertado, y lo mejor de todo, es que para ellas siempre es feriado o fin de semana o quizás nunca descansan, o van a visitar a otros, quizás las ideas también tengan ideas, no lo sé. Si uno supiera dónde estan las guachas cuando las buscamos, ¡que fácil sería crear!

Pero si lo pienso mejor, si uno supiera donde y cómo encontrarlas, sería cotidiano buscarlas, encontrarlas, lo cual sería poco místico, nada mágico y mucho menos inspirador. Que en realidad, las ideas son eso ... mística, magia e inspiración. En definitiva, sin ellas, los días se pasarían como los colectivos pasan las estaciones, que vuelven a visitar cada día, igualito al día anterior, y al siguiente también; los días no tendrían ese plus de vida, ese toque irreal que nos saca un ratito de acá.

Aún así, aunque nos saquen el sueño y el tiempo, son escenciales para soñar, para crecer y proyectar... es decir, para la vivir la vida.

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