De un tiempo a esta parte, el sol calentaba el asfalto, el caucho y las cabezas. Se veían pasar bermudas,minifaldas, mas de un suspiro de calor. Chapuzones, salpicadas, guerras de agua, tererés. Todo hace un tiempo, ni muy corto ni muy largo ... pero es interesantísimo, el gran cambio del tiempo, en nosotros, en todo. Ahora de a poco, la ciudad se llena de diferentes tonos de marrones, de hojas crocantes, de tazas de café compartidas. Vuelven las narices frías, el placer de un abrazo, la lucha de levantarse de la cama.
En medio de tanto poco color, de todos neutros, de frío y pachorra ... hay un signo de colores, pero de esos que no se ven, que se sienten y se traen adentro, bien adentro. No se si soy claro ... hay personas totalmente grises, y otras no ... por suerte, me acompaña o quiero que me acompañe una llena de color, seria una especie de arco iris con vida y ojos celestes. Es increíble pensar hace un tiempo atrás me parecía imposible valorar una compañía, pero ahora la tengo, la valoro, la quiero y aprecio.
De un tiempito, hasta hoy, los días se me pasaron lentos, como en cámara lenta, como sumergido en una pecera gigante. Estar acostumbrados a una comunicación me hacia sentirla cerca, aunque no la pueda ver... pero incomunicados, solo la tengo en mi cabeza, fotos y a donde voy ... pero , no es poco eso no? Llevarla siempre, acá conmigo, es importantisimo, es hermosisimo... La cuestión es esta ambigüedad que se aproxima el invierno, amantes de el y enemigos, lo vamos a vivir igual, una vez mas, otro año mas ... pero esta vez, si es junto a vos, se pasara con mas tasas de café compartidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario